Hoy es Mérida..., mañana será Venezuela entera!!!

     El pasado lunes 17 de agosto la Sala Constitucional del TSJ admitió la acción de nulidad presentada por la Defensoría del Pueblo, declarando como procedente el amparo cautelar solicitado, por lo que mientras se decide la controversia, se prohíbe el ingreso de menores de edad a las corridas de toros en la Plaza “Monumental Román Eduardo Sandia”, en la ciudad de Mérida así como en cualquier otro lugar dentro de la referida jurisdicción, por ser considerado una violación al Art. 83 de la CRBV donde se consagra el derecho a la salud de los menores, ya que atenta contra el principio del interés superior del niño.

     Los argumentos esgrimidos en la solicitud efectuada por la Defensoría del Pueblo son los mismos que hemos venido conociendo de parte de esta corriente “animalista” y “antitaurina” que tanto daño viene haciendo a nivel mundial, tratando de humanizar al toro de lidia para crear una matriz de opinión que haga ver ante los escépticos que la tauromaquia es un espectáculo cruel, despiadado, bárbaro y sádico, cuyo único propósito es el beneplácito a expensas del sufrimiento del indefenso y abatido toro en el ruedo, promoviendo esto una conducta violenta e irracional en los niños que presencien este espectáculo, además de expresar que aplaudir este tipo de espectáculos es una apología al crimen, aludiendo a todos los taurinos como unos asesinos y/o sádicos según nuestra función dentro de la fiesta brava.

     Difiero de la motivación expresada por el Dr. Tareck William Saab en su solicitud admitida por la Sala Constitucional del TSJ, ya que en mi caso particular soy un ciudadano que siempre he estado alejado de acciones delictivas, profesional universitario, padre de familia, no tengo instintos criminales ni me caracterizo por ser una persona violenta, no he participado en guarimbas ni en saqueos, ni en el ’89 o ’92, ni mucho menos en los hechos del 2014, pero orgullosamente puedo decir que soy taurino y si volviera a nacer me volvería a apasionar por esta expresión artística pues en este mundo he conocido un sinfín de personas que de alguna u otra forma aportan a tu vida algún aprendizaje.

     Ser taurino no es una simple afición como ir al cine o ir a un concierto, ser taurino es una forma de vida, en la cual, contrario a lo que estos individuos quieren hacer ver,  aprendes a amar la vida animal y a la naturaleza como espacio creador de vida.

     Con esto no quiero decir que el aficionado taurino sea un derroche de virtudes ni un ser ejemplar e intachable, los taurinos tenemos virtudes y defectos como cualquier otra persona en el universo, pero con todos los defectos que podamos tener, estoy plenamente convencido de que no somos sádicos, violadores ni asesinos, mucho menos golpistas o apátridas que son los delitos de moda.

     Ahora bien, esta sentencia es específica para el Municipio Libertador del Edo. Mérida, pero no debe extrañarnos que la misma pretendan aplicarla a nivel Nacional, razón por la cual, a los que nos duele de alguna manera la fiesta, debemos blindarla, pues el objetivo principal de esta medida es que a mediano y/o largo plazo la próxima generación pierda el interés en las corridas de toros, pues como no la viven no podrán apreciarla como nosotros sí aprendimos a hacerlo, pues crecimos con ella.

     Es increíble que tras esta lamentable medida emprendida por el “Defensor” del Pueblo, sólo se haya pronunciado la Asociación Venezolana de Criadores de Toros de Lidia, en un primer comunicado llamando a la UNION para defender la fiesta y posteriormente mediante un comunicado suscrito por la ganadera Paola Ortíz en su condición de Vice-Presidenta de la referida asociación.

     Urge una convocatoria general de ganaderos, matadores, novilleros, comunicadores, subalternos, mozos de espadas, mulilleros, toreros cómicos, artesanos, porteros, taquilleros, trabajadores informales que venden dentro y fuera de las plazas, así como todas aquellas personas que estén ligadas de alguna u otra forma con la fiesta brava. Ambos comunicados llaman a la UNION, pero no hay un plan de acción o de al menos de organización para actuar ante una situación que nos compete a todos.

     Aquí no se trata de figurar como protagonista o de pretender ser héroe, se trata de quitarnos de encima esa apatía, egoísmo o como sea que queramos llamar a esa pendejada que no nos permite dar el paso para hacer a un lado las “diferencias” para empujar juntos hacia la misma dirección. O nos organizamos para defendernos o simplemente estamos condenados a la extinción. Esta corriente “animalista” no está logrando sus objetivos por casualidad ni por “moda” como me dijo un amigo, si nos están haciendo daño es porque se organizaron.

     Muchos nos llenamos la boca diciendo que somos mayoría y que los antitaurinos son menos, pero más daño nos hacemos nosotros mismos al no organizarnos para defendernos que el que han podido hacer ellos. Basta de mantener ese pensamiento mediocre de que “Mérida que lo defiendan los merideños, ese es peo de ellos”, o “yo no voy a hacer nada porque los que ganan ahí son los empresarios, ganaderos y/o toreros”, por pensamientos como éstos nos quedamos sin el Nuevo Circo de Caracas, pues como los caraqueños no hicimos nada (y me incluyo aunque para entonces era menor de edad, pero soy de Caracas) y a los demás no les “interesaba”, hoy lamentamos que ya sean casi 20 años sin el coso de San Agustín, pero bastante que les gustaba darse coba con que iban a lidiar un encierro en Caracas, o que estoy anunciado en Caracas, según era el caso, o que sencillamente ví la faena de tal figura en Caracas.

     Lo cierto es que si no queremos correr la misma suerte que el Nuevo Circo en el 97, debemos tomar acciones inmediatas, no podemos darnos el lujo de esperar la próxima feria para reunirnos, o peor aún esperar al 6 de Diciembre para votar en contra del oficialismo en las elecciones parlamentarias, pues de aquí a ese día nos propinan otro espadazo y hasta chance les da de ir por el descabello si tardamos en caer.

     Lo más probable es que muchos lean este artículo pero muy pocos realmente le paren bolas, y no, no pido disculpas por la expresión pues a veces hay que ver si con menos adornos al menos se hace el ruido suficiente para despertar a los que aún están dormidos, creyendo el cuento de que la tauromaquia está blindada en Venezuela y de que realmente somos mayoría. Ojalá que cuando despierten no tengan que ver cuánto dinero les cuesta llevar a sus hijos a una corrida de toros en el extranjero, ya que sus hijos solo conocen las historias de cuando en Venezuela se daban toros.