Tras la lamentable baja en el cartel de la Primera de Feria del diestro de Gerena, Manuel Escribano, y luego de conocerse que sería sustituido, nada más y nada menos que, por Leonardo Benítez, las expectativas de la Feria tomaron otras dimensiones.
Se percibe un aire de mayor competitividad en la tarde que abre la presente edición de la Feria del Sol. La conformación original empalagaba de tanta familiaridad. Se presagiaba una tarde donde cada quen iría a lo suyo, cada quien haciendo "su show" sin incomodar al otro. Sin esa dosis de rivalidad sana que tanta falta hace hoy en día en los ruedos del mundo.
¡Vaya visión ha tenido el tridente organizador al añadir el ingrediente que faltaba! La entrada al cartel de Leonardo Benítez viene a poner la sal y pimienta que carecía en el menú. Por una parte, la ilusión que trae el diestro caraqueño en el esportón crece, lo que hace que su intención de venir por sus fueros se potencie, asumiendo el compromiso con la seriedad y responsabilidad duplicada, por designios de la Divina Providencia. Y por la otra, la mentalidad de El Fandi y Colombo cambia, pues ahora tienen por delante a un rival a carta cabal, concientes de que es un perro de guerra y seguro estoy que no querran dejarse ganar el careo.
Doblete que le da la oportunidad al León de Caracas de dar un golpe de autoridad sobre la mesa, para confirmar que sigue siendo el Alfa de la manada, o por el contrario, como muchos otros opinan, su liderazgo pasó a ser parte del libro de recuerdos del toreo venezolano.
Que Dios reparta Suerte!
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