El encierro del hierro yaracuyano, propiedad de Don Juan Campolargo dió el juego necesario para ponerle color a la Feria de Tovar 2015, permitiendo el lucimiento de los espadas que cerraban el periplo ferial esa tarde.
El local Rafael Orellana venía de estrellarse con un lote complicado de la Cruz de Hierro en la primera de feria, una semana atrás. Se abrió de capa con un mensaje en su percal exigiendo respeto al derecho que tienen nuestros niños de asistir a espectáculos taurinos, derecho que hoy en día las autoridades gubernamentales han prohibido de manera arbitraria por orden del Defensor del Pueblo y su séquito de pseudo-animalistas y ecologistas, que pretenden la extinción del toro de lidia y de la afición taurina nacional atacando directamente a nuestra generación de relevo.
Sendas orejas arrancó Orellana al primero de la tarde tras una faena de importantes matices y gran estocada que hizo rodar sin puntilla al burel.
Al cuarto de la tarde pudo Rafael Orellana cuajar otra faena importante para que fuese indultado, redondeando la tarde al recibir las dos orejas simbólicas, saliendo a hombros con 4 orejas en su espuerta.
Arturo Saldívar pechó con el lote con menos opciones, sin embargo dejó pinceladas de toreo caro las pocas oportunidades que sus enemigos se lo permitieron, al quinto le arrancó la oreja cuajando una faena basada en arrimones y mucha confianza en su poderosísima muleta y tras espectacular estocada de efecto fulminante pudo tocar pelo esa tarde.
Empeñado en permanecer en nuestras ferias sigue el espigado diestro de Camas, Esaú Fernández, pues cada vez que actúa en nuestros ruedos se justifica con un rotundo triunfo. En esta ocasión, una vez que a través de la microfonía interna brindara la lidia y muerte de "Siempre Listo", primer toro que le correspondiera en suerte, y tercero de lidia ordinaria, a los niños que le escuchaban desde afuera de la plaza y con quienes había compartido la mañana anterior en una Clase Practica de Tauromaquia, impartida por él, el peruano Juan Carlos Cubas y Rafael Orellana, y que simplemente no les permitieron el ingreso al Coliseo por lo comentado líneas arriba; el sevillano se plantó a expresar su tauromaquia, gustando al respetable y a la vez gustándose a sí mismo, faena que valiera para que la autoridad taurina perdonase la vida de este extraordinario animal tras larga e intensa petición por parte de los 3/4 de plaza que llenaron el Coliseo esta tarde de cierre. El que cerraba plaza no permitió el lucimiento desde ningún punto de vista, por lo cual el español decidió abreviar e irse por la toledana luego de varios intentos fallidos de plantarle cara y fiesta al astado.
Fotografías: J. Cepeda.
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