miércoles, 23 de marzo de 2016

Escribano y Colombo a hombros en la primera de la Feria de San José

Foto: Nikolás Babin

     Tras la polémica que se generó días previos a través de las redes sociales tras la decisión de Hassan Rodríguez “El Califa de Aragua” de 'quitarse' del cartel de la primera de la feria josefina, parecía un 'lío muy gordo' encontrar un sustituto en tiempo récord que causara el mismo interés en la afición y que brindara tanto o más espectáculo que el torero de Santa Rosa. Sin embargo, parece que el matador Erick Cortez y su equipo de trabajo en AGROCASTA son especialistas en el arte del escapismo. Como egresados de la Escuela de Escapistas del gran Houdini, encontraron la fórmula perfecta para resolver tal inconveniente.


     El año pasado traen a Abellán por El Cordobés, luego, tras los inconvenientes que nos privaron de la Feria de Valencia, se les ocurre el Mano a Mano entre Vanegas y Colombo para no dejarnos sin un acontecimiento importante en Valencia.

     Ahora en esta ocasión, sacaron bajo la manga, el as que necesitaban para ganar esta partida de póker, un torero que este año forma parte del 'grupo especial', tras su brillante campaña anterior, quedando entre los diez primeros del escalafón europeo del 2015, ratificado por sus decenas de triunfos.

     Tres orejas, una del primero y otras dos del cuarto son aval más que suficiente para poder decir que los aficionados salimos ganando con dicha sustitución, tanto por lo demostrado en el ruedo como por las credenciales que trae el torero de Gerena. 

     Enfundado en un terno berenjena y oro, Manuel Escribano vino a Maracay donde cuenta con un buen número de seguidores. Tras haber toreado en la Feria de Fallas, Valencia, España, interrumpió su ya iniciada temporada ibérica, vino con la firme convicción de ser el triunfador de la Feria de San José 2016. Desde que se abrió de capa envió al tendido el mensaje de que no venía de paseo.

     Faenas de entrega, pasión, emoción en banderillas, compartiendo el segundo tercio del cuarto de la tarde con el novillero Jesús Enrique Colombo, y perfecto dominio de los terrenos y tiempos del toro en los tres tercios de la lidia, emborracharon de toreo del bueno a los asistentes a la primera de feria. Con el estoque vive un momento único, espadazos en todo lo alto de efectos casi inmediatos que rubrican la obra de arte creada previamente con la muleta.

    Tres apéndices para que su salida triunfal no tenga lugar a dudas, demostrando que no es casualidad el gran momento que está viviendo y esperemos que este año sea el año de su consagración como figura del torero.

     De Jesús Enrique Colombo es poco lo que podamos decir sin que ya antes no lo hayan dicho. Es una de las jóvenes promesas venezolanas. Está por encima de cualquier res que le echen aquí en Venezuela. Una gran condición física y el saber lo que hace y debe hacer en la cara del toro, hace olvidar por momentos que se trata de un novillero. El que este joven cortara tres orejas en Maracay era la “crónica de un triunfo anunciado”.

     Tomando unas palabras que escuché el domingo puedo decir que Leonardo de Maracay estuvo “como aquel niño que no quiere ir a la escuela y el padre le obliga a ir”. Así como cuando ya te metes en un lío y no tienes como opción dejar a todos entendiendo, tal como pasó la tarde del 2 de agosto. Que dejó algún buen muletazo? Puede ser, esto del toro es subjetivo. Pero la gran mayoría del público asistente salió exclamando: “Acaso no hay más aragüeños!? Que vergüenza!”

     Y me disculpan tanta sinceridad, pero no puedo prestarme a darle coba echándole la culpa al lote que le tocó o a cualquier otra circunstancia que quieran usar para justificar lo injustificable.

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