viernes, 4 de diciembre de 2015

Puerta Grande en Valencia para Jesús Enrique Colombo


     Continuamos llevándole las incidencias de lo ocurrido en el "Mano a mano del Año", en esta segunda parte, describiremos lo concerniente a la actuación del joven espada andino Jesús Enrique Colombo.



     Impecablemente ataviado, tal como lo ameritaba la categoría del festejo, enfundado en un terno azul rey y oro, de precioso y no muy tupido bordado, arribó a la Monumental de Valencia, el diestro de Táriba, internándose en la Capilla desde su llegada hasta que inició el festejo.


     Inicia su labor Colombo al recibir al primero de su lote con una larga cambiada en el tercio, ejecutando templados lances a la verónica que encendieron el ambiente en los tendidos, rematando del mismo modo como recibió al utrero más bonito de estampa, un colorado ojo de perdiz, brocho, de 398 kg de peso, herrado con el numero 96, perteneciendo a la ganadería Laguna Blanca. Vistoso tercio de banderillas que mantuvo la euforia en el público. Se podría decir que desde la salida de esta res comenzó oficialmente el "mano a mano".


     Muletazos por alto, desde las tablas dan inicio a la faena de muleta del joven espada, quien posteriormente ligara muletazos que fueron acompañados por los olés del concurrente. Faena ejecutada mayormente por el pitón derecho, la cual fue rematada de una estocada al primer viaje, ligeramente trasera y tendida, pero fue suficiente para que el astado rodara por la arena valenciana. Faena que en mi apreciación fue para una oreja, sin embargo ante la insistente petición del público y ante la demora del servicio de arrastre, le fue concedido el segundo apéndice.


     En el segundo de su lote, otro ejemplar de Laguna Blanca, "Manucli", número 98, de 420 kg de peso, negro liston, amorrillado, cornidelantero, el más toro del encierro, sin embargo poco le duró el gas al pupilo de Don Euclides Sánchez, pues el cornúpeta se vino abajo tras el tercio de banderillas que compartieron Colombo y su alternante, siendo esta la única ocasión donde los nóveles coletas rivalizaron al unísono con los rehiletes. ¿que quién ganó este round? eso queda en la discrecionalidad de cada quien, según el gusto particular de cada taurómaco presente en esta histórica tarde. Lo realmente importante es que las dichosas retinas que fueron testigo de esto, quedaron más que satisfechas.

     Poco lo que permitió este "Manucli" en la labor muleteril, pues como dije antes, se le acabó el gas, por lo cual Colombo prefierió abreviar, suministrando otro espadazo que hizo rodar sin puntilla a su oponente.

     Ya con su rival adelantándole en trofeos, recibe Jesús Enrique al de "Campolargo" con el que cerraría plaza, mostrando desde la salida del mismo que la pelea es peleando. Astado de pelaje negro meano, cornidelantero, uno de los más chicos del encierro, 376 kg de peso, marcado con el número 03, de comportamiento regular, sin ser un novillo bueno, con ciertas complicaciones pero potable en términos generales, el cual Colombo intentó exprimir desde su salida.

     El joven Oswaldo León, novillero valenciano que actuó como sobresaliente intervino en un quite por gaoneras, que a pesar de la disposición y ganas dejó en evidencia su poco rodaje, sin embargo agradecemos su entrega y disposición, y deseamos la mayor de las suertes en este difícil camino que prácticamente empieza a andar.


     Luce nuevamente en banderillas Colombo e instrumenta faena con la muleta que si bien cala en el tendido, se vió un poco desordenada, quizas por tener en frente a un burel que a pesar de tragarse los muletazos no transmitía lo que en el fondo buscaba el torero para redondear la tarde.

     Insiste Colombo en una faena un poco más rotunda sin embargo el novillo no le colabora lo cual le obliga a ir por la toledana para propinarle otro espadazo que lamentablemente para el diestro no causa el efecto inmediato que los recetados a sus oponentes anteriores. 

     Tarda el utrero en caer y Jesús Enrique se va por el estoque de cruceta, errando al descabellar en su primer viaje pero acertando en su segundo. Dicho desacierto al primer intento con el descabello debió dejarle sin opción en la obtención de trofeos sin embargo le es concedida una oreja. De este modo ambos coletas saldrían a hombros por la puerta grande en esta gloriosa tarde.


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