miércoles, 31 de enero de 2018

El pecado de Vanegas


     Manolo Vanegas debutó en Venezuela como Matador de Toros, específicamente el pasado viernes 26 de Enero de 2018, pasaportando toros de la Ganadería Rancho Grande, junto a los diestros hispanos Manuel Escribano y David Galán, en la primera corrida de la Feria Internacional de San Sebastián.


     Toreado, curtido, paciente, maduro y sereno se mostró el espada nativo de Seboruco ante los astados que enfrentó. Todo cuanto hizo Vanegas en el ruedo, llevaba un sello de señorío y elegancia, características que poco a poco identifican la expresión de su tauromaquia.


     Dos largas cambiadas de rodillas, seguidas de suaves y acompasadas verónicas, rematadas con una media verónica y una revolera, sirvieron de saludo al primero de su lote, el cual a su vez sería el tercero de la lidia ordinaria. Todo esto sin apresurarse, sin hacer las cosas a la carrera, pero haciéndolas de verdad.


     Tras el tercio de varas, intentó quitar Vanegas, sin poder ligar ya que el toro salió suelto en la primera chicuelina, la cual acompañaría con una tafallera que no se consumó por lo largo que se fue el cornúpeta, no obstante, tras ir por él para llevarlo nuevamente a los medios, dibujó Manolo una profunda media verónica, de ensueño, al ralenti, que emocionó a quienes supieron valorar esa obra de arte. A mi parecer, el detalle torero de toda la feria.

     No cubrió Vanegas el segundo tercio en ninguno de sus toros, asumimos que por aún llevar paso a paso la recuperación de la doble fractura que sufriera en su antebrazo a finales de la pasada temporada europea. Recuperación que está muy avanzada, pero que si bien es cierto que ya puede torear, aún no está al 100%.



     Brindó el primer toro de su carrera en Venezuela a su señora madre, Ana Damaris Fernández, agradeciéndole el haberlo traído al mundo y todo el sacrificio que ha hecho para que hoy en día sea torero. Toreó Vanegas con mucha verdad, con hondos muletazos, conjugando tandas por ambos pitones, derrochando mucho más pureza en las tandas por naturales. No se hicieron esperar los acordes musicales que acompañaron la faena del joven torero andino, quien despachó a su oponente de fulminante estocada tras pinchazo hondo. Tan espesa fue la actuación de Manolo Vanegas en el toro de su debut, que aun habiendo dejado un pinchazo hondo, le concedieron un apéndice y se escuchó fuerte petición del segundo.


 

     En el que cerró plaza, un jabonero sucio, de embestida brusca, pero que salió con movilidad, repitió la dosis de serenidad Vanegas, demostrando el gran momento en que se encuentra. Saludó a la verónica a un toro cuya constante fue ir de más a menos, sin embargo Vanegas supo plantearle cara al astado y logró sacar agua de un pozo seco.


     Peleándose con él, Manolo Vanegas pudo robarle muletazos en robustas tandas, ofreciéndole siempre la femoral a un toro que más que embestir se defendía. Empleó Vanegas toda su sapiencia y pudo meter al público en una faena seria y al morlaco en su poderosa muleta, la cual le obligó a seguir una y otra vez, a pesar de la incómoda e incierta embestida del de Rancho Grande. Despachó de estocada un tanto trasera y tendida, que hizo rodar al burel, escuchando un inexplicable aviso mientras caía la res. Vanegas debió conformarse con escuchar una estruendosa ovación, ya que el palco de la autoridad hizo caso omiso de la merecida y fuerte petición de oreja, negándole la Puerta Grande que bien ganada la tuvo.




     Lo cierto del caso es que Manolo Vanegas vino a lo suyo, a demostrar de qué está hecho y a dejar plasmada su personalísima tauromaquia. Quizás a algunos les haya gustado, quizás a otros no. Quizás a algunos les haya parecido que no le estaba dando importancia a los astados que enfrentó, quizás a otros les pareció que “está sobrado de lote”, pero de lo que no hay duda es que Manolo Vanegas vino a ser él mismo, lo cual parece que a muchos no les gustó. De modo que ser él mismo, aparentemente fue, el pecado de Vanegas...



     Fotos: Alejandro Vielma
                Federico Montes
               Germán D'Jesús Cerradas





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