domingo, 12 de febrero de 2017

Al final la FISS 2017 se dio!


     Contra vientos, mareas y tempestades, la edición N° 53 de la Feria Internacional de San Sebastián se llevó a cabo. Que haya algo que celebrar o no, que haya sido un éxito o no, o si estuvo a la altura de otras ediciones o no, no es a lo que se referirá esta nota. Sin embargo, entre tantos petardos por parte de Alex Pereira, uno de los representantes de la empresa organizadora, y sabotajes, puñaladas traperas y/o campañas mediáticas de descrédito por parte de quienes la adversan y aspiran organizar estos festejos a futuro, el solo hecho de que se llevaran a cabo las tres corridas anunciadas, debe suponer un triunfo, con respecto a toda esa cantidad de “taurinos” que apostaban más a la suspensión de la FISS que a su materialización.



     Sin ánimos de ejercer papel de defensa de nadie, pues la Empresa Taurina “Fabio Grisolía” no está exenta de culpas gracias al personaje antes citado, emito esta publicación, pues resulta absolutamente asqueroso y por demás vergonzoso el saco de chismes que representó el ‘ambiente’ taurino en el marco del ferial tachirense.

     Chismes, cizañas, intrigas, casquillos, etc., iban y venían. Personajes que se acercaban a ‘mediar’ entre las partes en conflicto, pero más bien terminaban siendo ‘lobos disfrazados de ovejitas’; todo esto sin dejar de lado a quienes se pusieron la “dignidad” como armadura.

     Una de las frases más repetidas por estos Caballeros (léase como título Noble) que ejercen la autoridad de la plaza de toros fue: “¡Nosotros no nos vamos a prestar para sinvergüenzuras!”, posición que fuese digna de ovaciones si fuese un criterio a cumplir a carta cabal. No obstante, el desarrollo de las actividades posteriores demostró que no fue así, pues estos ‘dignos’ Caballeros en la Primera Corrida de Feria llegaron a ordenar música para las faenas de los toreros extranjeros de manera prematura (que luego dichos matadores justificaron en el desarrollo de la lidia, pero en honor a la verdad, se ordenó de manera anticipada), sin embargo se ignoró el derroche de voluntad entrega y sed de triunfo de dos toreros venezolanos, como fue el caso de Gregorio Torres “Maravilla” y César Vanegas, en la 3ra y 2da de Feria respectivamente, quienes llegaron a ligar tandas importantes y consecutivas a bureles complicados, cosa que el palco no reconoció o no entendió. A Dios gracias la afición que asistió al coso de Pueblo Nuevo, supo valorar la entrega y disposición de éstos diestros nacionales, expresándoles su acostumbrado apoyo al salir de la plaza y a través de las redes sociales.



     Otro ejemplo de la doble “moral” de estos ‘dignos Caballeros se presentó al momento de anunciar la premiación una vez concluida la Feria, al considerar que el reconocimiento a la “Mejor Ganadería” se otorgara a “Rancho Grande”. Con todo el respeto que se merece esta dehesa venezolana y sus propietarios, la Ganadería Campolargo presentó dos encierros, en los cuales, del primero resultó un toro premiado con la vuelta al ruedo post-mortem, al que se le cortaron las dos orejas, más otra oreja de otro toro, sin contar las que se perdieron tras el fallo a espadas de los toreros actuantes. Mientras que del segundo encierro, sale indultado “Don Fabián”, más otra oreja que le cortaron al toro previo al indulto. Al encierro de "Rancho Grande" se le cortaron dos orejas (una en un toro y una en otro), que aunque negaron otra, tampoco fue que los coletas desaprovecharon las ‘bondades’ de las reses ni que la espada empañara el triunfo de los artistas, sino que “en su conjunto”, como justificaron los jueces, los astados no se prestaron a mayores lucimientos por parte de los toreros.


     Y todo esto sin hablar de los desaciertos de los pases al callejón, los pases de los vehículos, el faranduleo, lo permisivos que fueron con algunos personajes del toro y lo injustificadamente severos que fueron con otros, y demás detalles que estaban fuera de sus competencias y atribuciones; en otras palabras mejor no hablar de que estaban más pendiente de lo que no debían que de lo que les correspondía.

     Es importante señalar que no tengo nada que decir sobre la dignidad como persona de estos señores de la Comisión Taurina Municipal de San Cristóbal, sin embargo su ‘dignidad’ como taurinos, deja mucho que desear.

     Cabe destacar que aparte de estos Caballeros hay mucha más gente involucrada en esta 'tragedia' que para muchos supone lo sucedido en San Cristóbal, matadores en retiro, ganaderos, carga bolsos, aparecidos, asomados, comunicadores taurinos quienes en casos anteriores han sido cómplices silenciosos y ahora pretender ser verdugos implacables e incorruptibles (no todos claro está), etc. Más de la misma doble moral que ejemplifiqué líneas arriba. Aquí el que menos puja, puja un piano de cola. Y al que le quede el sombrero que se lo ponga.

     En conclusión, mucha gente solo habla de lo mal parada que quedó la Empresa Taurina "Fabio Grisolía" y catalogan como deplorable esta edición de la Feria Internacional de San Sebastián, pero más condenable es que quienes aspiran hacerse de esta plaza a futuro, con sus acciones en contra de esta gestión terminaron haciéndole un daño mayor a la Fiesta Brava venezolana (que ya bastante golpeada se encuentra) que a los responsables de la organización de este ciclo ferial. Recuerden que las empresas pasan pero la fiesta queda... si es que después de esto queda algo. Se dice que del árbol caído todos quieren hacer leña, en esta ocasión hubo más de un árbol caído, solo que la mayoría se quedó con el árbol que más le sirve para tal leña, pues hay unos que ni utilidad tienen después que se caen.

     Particular y personalmente, para mí sí fue un éxito que se diera la FISS 2017, pues la Fiesta en nuestro país no está para que se deje de dar ni un festejo más. Allá los 'taurinos' que al parecer solo apuestan a la destrucción de la Fiesta, ya que terminan queriendo ser más Papistas que El Papa. 

     ¡¡¡Que bueno que AL FINAL LA FISS SE DIÓ!!!

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