viernes, 14 de octubre de 2016

¡Al César lo que es del César!

 
     Con mucho agrado recibimos la noticia de la inclusión de éstos dos grandes toreros venezolanos en la edición 2017 de la Feria Internacional de San Sebastián. Toreros venezolanos que contra todo pronóstico y duélale a quien le duela han hecho méritos suficientes para estar en ferias de tal envergadura, por el contrario de muchos otros que pasan por sin pena ni gloria por esta feria y/u otras de similar categoría y sorpresivamente aparecen año tras año colgados de nuevo en el cartel de la máxima cita taurina del Estado Táchira.



     Uno de Seboruco y el otro nacido en Caracas, aunque la mayor parte de su vida, radicado en Talavera de la Reina, España, los venezolanos César Vanegas y César Valencia lograron cerrar conversaciones con la Empresa Taurina “Fabio Grisolía”, resolviendo su participación en el coso de Pueblo Nuevo el venidero mes de enero.

     Vanegas, triunfador acostumbrado en este recinto. ¿Cuantas tardes de triunfos no han emanado de los trastos del experimentado matador tachirense?, ¿Habrá plaza de toros en este país donde no haya salido a hombros este diestro? 


     Preguntas que honestamente hay que hacerse cuando hablamos de este torero, aunque ciertamente los ‘gatosos’ prefieren seguir hablando de si está gordo o no, que si tiene esto o aquello, o simplemente intentan eclipsar la brillante carrera de Vanegas, resumiéndola a su anterior presentación en Pueblo Nuevo ante un encierro de Victorino Martín, donde ciertamente estuvo desconectado del compromiso esa tarde. 

     No obstante, también es cierto que una carrera de más de 10 años de éxitos no puede referenciarse solo con una mala tarde que todos los que hacen vida profesional dentro del ruedo la habrán tenido, ni mucho menos puede medirse en una báscula, pues si al caso vamos, a más de uno le ha pegado un repaso ese ‘gordito’.


     Sin embargo el éxito se trata de eso, de caerse y tener la capacidad de levantarse, sacudirse el polvo y seguir adelante, apostando de nuevo a conquistar la senda del triunfo, caminos que son de acostumbrado transitar por este artista desde su época como novillero.


     Valencia, torero de dinastía. No las tuvo todas consigo en su última comparecencia en la FISS. En enero de este año estuvo voluntarioso y comprometido como es costumbre sin embargo entre las ‘genialidades’ del palco en esta edición y el mal lote que sorteó no pudo reeditar el rotundo triunfo que obtuviera la tarde de su alternativa en este mismo recinto ante un encierro de Juan Pedro Domecq, y que más tarde ese mismo año repitiera en la Feria del Sol en Mérida

     Esta temporada tuvo poca actividad en Europa el único matador venezolano que hace campaña en el viejo continente. A pesar de que apuntaba para una temporada interesante, un percance sufrido en su última tarde en Francia, donde sufrió una seria cornada, inesperadamente puso freno a lo que pudo haber sido una temporada positiva en su incipiente carrera como matador de toros.


     Valencia tampoco se escapa de los comentarios de estos nefastos personajes quienes en más de una oportunidad ‘celebrarían’ la malintencionada idea de que “ya éste anda parao” o que “ya se vino abajo”, pues para desgracia de éstos, César Valencia regresa por sus fueros, a demostrar que sus triunfos anteriores no son casualidad; a demostrar que arte y valor tiene de sobra y a reivindicar y poner en alto el apellido que artísticamente lleva con mucho orgullo.

     Indiscutiblemente esta inclusión de estos dos grandes valores de la baraja torera nacional nos lleva obligatoriamente a recordar aquella mítica frase nacida en los tiempos de la antigua Roma: ¡AL CÉSAR LO QUE ES DEL CÉSAR!

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